martes, 19 de febrero de 2008

POSTALES

I

Desierto de corazones
el cemento apilado y frío.
Ni una rama cobija al nido de calandria.

Sólo efímeras alabanzas.

Iluminó la brisa su canto,
se perdió sin puerto, sin rumbo.

Hacia el norte buscó el suyo.

A la sombra de los eucaliptos,
horizontes púrpura y azucenas.

II

Se conocieron en esos sitios
adonde van los interesados
y otros a llenar vacíos.

Sin darse cuenta café mediante
conversaron en un bar cualquiera.

El hombre regaló viejos boleros
para que vuelvan los años verdes.

Después, té de menta
y bollitos de coco frente a la chimenea.

Escucharon el disco y pegados
sin hablar se acunaron.

III

De color ceniza
se pintó el caserío.

La tarde se aroma con café
y detrás del vidrio
mira largo sin poder ver.

Alguien canta aquellas canciones
mientras arregla postales que alegran
una melancolía de baúles.