lunes, 2 de junio de 2014

Aproximación al libro POEMARIO CARTONERO

APROXIMACIÓN AL LIBRO “POEMARIO CARTONERO”
                                                    de Rubén D. Roude.
Por la Prof. Aurora Beatriz García

El mundo representado:
Universo del humo.
Para acercarnos, para entrar en el universo poético del Poemario Cartonero, partiremos de aquella idea de Juan José Saer:
“Un escrito aumenta, para quien lo emprende, la proximidad de aquello que se dispone a evocar. Escribir sobre algo es intimar con ello, precisando, no únicamente los aspectos intelectuales del objeto, sino también, y sobre todo, los emocionales.
Es pasar un momento intenso, como se dice más espeso que la vida, con el asunto que se trata.”
La descripción del paisaje urbano, cuyos actores son los cartoneros, se unifica en el eje conceptual de la “dignidad”.
La “no dignidad”, atraviesa el poemario desde los cuatro primeros versos:
“Rosalba pasea en carroza
Heroína de los cestos de la calle
Cenicienta de nuestras cenizas
Cartonera en sepia urbana.” Hasta los dos últimos versos, que operan como destino inexorable de la triste vida asumida, como destino implacable de los cartoneros.
…”Por la cuneta se van desperdicios de transeúntes y su vida”.
El poblado cuyo nombre es “Olvido”, una villa ensombrecida por el humo, no puede, ni quiere despertar por la miseria que la acorrala.
El poblado y sus habitantes viven cautivos, socialmente de urnas y de la condena de la boleta impuesta. La experiencia comunitaria ciudadana,  se remite a la compra de sus conciencias, con la promesa de algunas pocas cosas que tal vez servirán para apenas mejorar su vida, pero nunca servirán para cambiarla.
Todo es resignación, el alcohol anestesia y da el coraje necesario, para soportar el hambre y la falta de toda expectativa de vida.
En la niña la crueldad llega al límite de la fatalidad, porque su ignorancia y su inocencia mutilan su presente y su futuro de mujer.
“Ella en la calle cortada
Aspira, se inspira, expira
Ronda su diversión
Se ofrece y busca
Monedas para el viaje”.

El amor-no amor, será un aprendizaje brutal, salvaje, surgido de la bruma y del humo intenso y borracho.
Seres sin destino, envueltos en el humo terrible, asfixiante, tenebroso, encerrado y paralizante. Personas sin libertad de elección, allí no es posible el amor.
“No sabrá que amar
Es toreo de sol y luna
Uno con el otro obsequiarse.”
Víctimas de la miseria, de la falta de oportunidades, del descuido social.
“Tiene sueños que no vive
Se cobija en retazos,
Abriga con perros
Que tatúa lunares”.
La falta del ejercicio de derechos humanos, sesga lo más preciado en la vida de todo ser, el derecho a la vida, a la vida digna. Postergado también el derecho a dar vida, a emprender el desafío de la búsqueda y llegada de los hijos. Ellos son:
“frutos del alcohol” “le duele el olvido
                                   No los niños
                                   La sostienen
                                   Frutos a la fuerza
                                   Brutalidad de borrachera”
El humo, la cerrazón, los aromas, cubren como espesa neblina los hogares:
“Cerrazón de olvido
Humo rancio cubre el paisaje
Transparenta la miseria
De la basura”
La cerrazón del humo, no sólo es parte del paisaje, es al mismo tiempo “cerrazón de olvido”, límite que separa el espacio de quienes pueden vivir con dignidad y de los “Otros”, que se convierten en actores con “niños sahumados que comen manjares en códigos vencidos”.
La cerrazón del humo, tapa los ojos, ahoga el corazón y la conciencia de tanta gente que no conoce o se niega a conocer .
Así también aparece la responsabilidad de aquellos actores sociales que “preocupación de campaña son : “olvido de estrados
                                De ciegos hacia afuera”.
Cuál será la carga más pesada?
La carga más pesada no sólo son los cartones, ni los inconvenientes climáticos, ni el tránsito, ni las enfermedades, ni el destrato de los demás.
La carga más pesada es la “miseria que lo acorrala”, la exclusión social, el no ser alguien, la pérdida de su propia identidad, la falta de conciencia de sí mismo, la no trascendencia.
“El humo rancio del aire” debería ser la condena de la conciencia de quienes frente  a cada elección prometen “cosas”, también de todos los que critican a las víctimas de esta terrible  situación social  y el silencio estremecedor de toda la sociedad. Sí. De todos y cada uno de nosotros.
“Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa”. Paulo Freire.

El autor y el universo poético:
 “Un poema comienza porque hay una poderosa presencia que precisa ser imaginada como ausencia” Bloom Harold, “Cruce poético, retórica y sicología”-1930. Publicado en H. Poetics of influence. Ed. J.Hollander, New Haven, Henry R. Schwab 1988.
Esa poderosa presencia llevan los sujetos poéticos en este universo de tanta fatalidad y
a la vez tanta belleza, imaginado por el poeta.
“Rosalba pasea en carroza
Heroína de los cestos de la calle
Cenicienta de nuestras cenizas
Cartonera en sepia urbana.”
Ella habita un poblado cuyo nombre es olvido, como dulce doncella anda maquillada pero su destino trágico, indefectiblemente la lleva a vivir en la indecencia y la falta de dignidad.
La ternura, la inocencia, la frescura y transparencia de su nombre, la musicalidad lograda a través de su nombre y de las figuras poéticas que la designan, muestran el contraste entre la belleza, la trasparencia y la suciedad del medio.
En el poema “Cautivo social”, crea el universo poético más estridente que la dignidad humana pueda imaginar. Con pocos y hermosos versos:
“Sumergido en la cajita
Destila el fuego
Urgencia animal
No discrimina, viola
Reparte hambre, miseria
Esperma ignorante”
Rosalba crece alucinando como toda niña adolescente una realidad ausente, la Alicia en el país de las maravillas, sin embargo no le pertenece. La magia crece en los versos llenos de movimiento, en los que se plasma un ritmo casi de danza:
En la calle cortada
 Aspira, se inspira, expira
Ronda su diversión
Se ofrece y busca
Monedas para el viaje”
La realidad de Rosalba es “vislumbrar aprendizajes” que surgen del amor salvaje, del alcohol y de la miseria.
Las terribles imágenes que muestra la realidad del paisaje urbano, propio de un sector excluido de la sociedad, es tomado y amalgamado con imágenes líricas de profundo sentido, creando el poeta un universo de belleza y de tristeza, que involucra con cierta impotencia al lector.
En el poema “Residuo no recolectable”: la indigencia de los seres, personas que brindan un servicio piadoso, adjetivo metafórico, lleva una carga semántica que parece gritar desde la quietud, la resignación y la categoría de “ornamento del paisaje”, asignan el grado más alto en cuanto a la miseria soportable.
Despojados de toda dignidad, aguardan sin expectativas, “debajo de cartones/tirita la esperanza.”
“no recrea fantasmas irreales
Es otro el espanto,
Ilusiona guardapolvos,
Calzados, hogares dignos.”
El universo poético representado en este poemario, se compone a través de la interrelación, tal como lo ha estudiado Wordsworth del “ethos” y el “pathos”.
El “ethos” significa “costumbre”, “imagen”, “rasgo”. Hoy se utiliza para referirse al carácter de un individuo o actidud de un grupo o sector. (El grupo o sector de los cartoneros).
Pathos “pasión” en griego etimológicamente sufrir. Se utiliza para referirse a la cualidad de alguien, que provoca sentimientos de pena o siente compasión por el otro”.

Entre ethos y pathos se embriaga el autor para instalar su subjetividad en el sufrimiento, en la pena, en lo que él mismo anuncia al comienzo del libro, apelando a que su mirada coincida con la del lector. Y verdaderamente lo logra.