El Lobizón
"El Juancho" trabajaba en el turno de la noche esa semana, cuando llegó jadeando con unos rasguños en la cara, brazos, piernas y la ropa con algunos jirones.
Durante unos meses ya nadie en el pueblo salía por las noches ni pasaba cerca del cañaveral, en donde según "El Juancho", se había escondido el lobizón que lo había atacado.
Lo cierto es que desde ese día, él le juró fidelidad a su mujer por miedo a recibir otra golpiza.
"El Juancho" trabajaba en el turno de la noche esa semana, cuando llegó jadeando con unos rasguños en la cara, brazos, piernas y la ropa con algunos jirones.
Durante unos meses ya nadie en el pueblo salía por las noches ni pasaba cerca del cañaveral, en donde según "El Juancho", se había escondido el lobizón que lo había atacado.
Lo cierto es que desde ese día, él le juró fidelidad a su mujer por miedo a recibir otra golpiza.