martes, 7 de julio de 2015

El que nunca se ha ido

El que nunca se ha ido

Los árboles agitan sus melenas,
un corazón espera.

Por la calle de los eucaliptos
levantan polvo zapatos con fatiga,
viene quien nunca se ha ido,
silba la canción de siempre
en tono alegre,
 trae fresco el jazmín
en el ojal izquierdo.

La mirada en el paisaje
tiene nostalgia marinera,
no trae regalos en valijas,
regresa el pecho de nido
a la dueña que espera
y una flor cortada en el camino.

En la ventana detrás de las cortinas
el almanaque pierde las hojas
y el café, tiene dos gotas

de sal alegre.