Mi ciruelo en la huerta
Ya
dio todo mi ciruelo
hojas,
frutos, pichones la paloma del nido.
La
inteligencia colgó un lápiz de una rama
y
dibujó historias para el recuerdo
y
el olvido.
Sus
ramas ahora desnudas y secas de invierno
serán
taladas por el hacha que hará leña del recuerdo
o
será la gubia y el arte que inmortalice su madera.
¡Qué
opuesta la mirada del hortelano y el poeta!
tiene
la mirada en la tierra quien trabaja la huerta,
hacia
el cielo el de las letras,
los
dos no son distintos, tienen su ciruelo
y cultivan los mismos sueños.