La veleta
Ramón envidiaba a su vecino que se daba corte con su ganso de veleta anunciando que iba a pasar con el tiempo, según lo que ella le decía sobre la posición del viento.
El creyó que también podría hacerlo cuando colocó una igual sobre su techo.
Pero al día siguiente cuando fue a mirarla ya no estaba, nadie le dijo que el ganso del vecino era de hierro.